El mes de agosto supone una época de interesante en el mundo del fútbol. Fichajes, pretemporada, giras exóticas... la antesala de las grandes competiciones. Las oficiales. Con los juegos del deporte rey pasa un poco lo mismo. Acostumbran a salir a finales de septiembre, como pasará con PES 2012, y nosotros hemos hecho ya la pretemporada con el nuevo juego de Konami. Avanzamos algunas de las novedades que hemos podido palpar en la beta preview del que en su día no tuvo rival en lo que fútbol virtual se refiere.
Y es que uno de los elementos que se mantiene intacto en PES 2012 es el de la puesta en escena. Las introducciones en partidos de Champions, las celebraciones de los goles o los campeonatos conseguidos... todo eso que da ambiente de fútbol sigue teniendo un nivel superior a sus competidores. Algo que se completa con la recreación facial de las grandes figuras marca de la casa: son calcados a la realidad. Se ha añadido la presencia de los entrenadores, que podremos ver en el lado del campo donde estén los banquillos, pero a pesar que gesticulan, tampoco hay diferencias entre ellos ni se ha recreado a los originales. En un partido entre United y Dinamo de Kiev, los técnicos son idénticos físicamente. Además, hay otros detalles nuevos como jugadores calentando, recogiendo el balón para sacar de banda o animaciones de ánimos y quejas según cada momento del partido.
Pero lo importante está, a fin de cuentas, en el terreno de juego. La clave del éxito de PES siempre ha sido la jugabilidad frente a las decenas de licencias y demás que tenía EA. En esta ocasión, la principal novedad que Konami ha querido promocionar es la del control de jugadores sin balón, un añadido a la base de siempre que intenta ofrecer un dominio todavía más grande de nuestro equipo. Y decimos intenta porque lo visto hasta el momento tiene claros y sombras a la hora de llevarse a cabo.
¿Off the ball 7 años después? Los jugadores tradicionales, y ahora ya algo más veteranos, de juegos de fútbol recordarán una de las grandes revoluciones que prometía FIFA 2004 en su momento. Era el control off the ball, que permitía controlar a algún jugador que no tenía el balón para facilitar así los desmarques. El concepto se deshecho en otros juegos de la saga de EA, pero es Konami quien intenta ejecutarlo con éxito en su última entrega, y con diferencias lógicas. Mediante el stick derecho podremos señalar a uno de los jugadores que no tengan el balón para desmarcarlo y buscar una posición mejor de cara a recibir un pase. La mecánica es sencilla: pulsamos el RS/R3 en la dirección en la que esté el atacante que queremos que se desmarque, y acto seguido pasamos a controlarlo. A la práctica, de sencillo tiene poco.
La idea es que mientras llevamos al jugador que tiene el balón con el stick izquierdo, podamos desmarcarnos con el derecho con otro atacante. Y eso provoca un caos que pasadas las horas de juego y los partidos, sigue siendo incómodo y poco útil. La presión de los rivales a niveles altos (profesional para arriba) impide que se pueda dedicar el tiempo preciso a buscar un desmarque perfecto sin que nos hayan robado el balón rápidamente. Si es cierto que en momentos concretos, como contragolpes o ataques con espacios, es una técnica que da sus frutos, pero seguramente no con el resultado que se podría esperar de parte de Konami cuando ideó este sistema. La otra opción es usarlo de manera asistida, que no es más que añadir una función ya vista en los últimos FIFA: pulsar el stick derecho para que automáticamente, el atacante señalado se desmarque hacia la portería contraria. Esto sí es tremendamente útil (ya no es necesario usar la pared para obtener desmarques) pero menos ambicioso que lo que propone en modo totalmente manual.
La versión actual del juego todavía dista de ser la definitiva, si nos atenemos a diversos detalles que así lo confirman. Desde las plantillas sin actualizar de los equipos a las mismas camisetas –Barça y Manchester llevan el diseño con el que jugaron la final de Champions, pasando por la falta de nuevos equipos que en el juego están bajo el nombre ficticio de nuevas licencias. A pesar de ello, y de no haber podido profundizar en una de las piedras angulares de todo PES como es la Liga Màster, sí hemos podido comprobar las nuevas mecánicas de juego que Konami quiere introducir en su juego, así como la presencia una temporada más de licencias como la Copa Libertadores o la Champions o un nuevo entrenamiento dinámico, que combina tutorial y retos para mejorar nuestras habilidades en todo tipo de mecánicas del juego (ataque, defensa, regates, faltas...), así como un sistema personalizado de perfiles que salta al inicio y que nos permite recrearnos virtualmente. También hay un sistema de importación de datos de PES 2011 a este 2012.
Pero lo importante está, a fin de cuentas, en el terreno de juego. La clave del éxito de PES siempre ha sido la jugabilidad frente a las decenas de licencias y demás que tenía EA. En esta ocasión, la principal novedad que Konami ha querido promocionar es la del control de jugadores sin balón, un añadido a la base de siempre que intenta ofrecer un dominio todavía más grande de nuestro equipo. Y decimos intenta porque lo visto hasta el momento tiene claros y sombras a la hora de llevarse a cabo.
¿Off the ball 7 años después? Los jugadores tradicionales, y ahora ya algo más veteranos, de juegos de fútbol recordarán una de las grandes revoluciones que prometía FIFA 2004 en su momento. Era el control off the ball, que permitía controlar a algún jugador que no tenía el balón para facilitar así los desmarques. El concepto se deshecho en otros juegos de la saga de EA, pero es Konami quien intenta ejecutarlo con éxito en su última entrega, y con diferencias lógicas. Mediante el stick derecho podremos señalar a uno de los jugadores que no tengan el balón para desmarcarlo y buscar una posición mejor de cara a recibir un pase. La mecánica es sencilla: pulsamos el RS/R3 en la dirección en la que esté el atacante que queremos que se desmarque, y acto seguido pasamos a controlarlo. A la práctica, de sencillo tiene poco.
La idea es que mientras llevamos al jugador que tiene el balón con el stick izquierdo, podamos desmarcarnos con el derecho con otro atacante. Y eso provoca un caos que pasadas las horas de juego y los partidos, sigue siendo incómodo y poco útil. La presión de los rivales a niveles altos (profesional para arriba) impide que se pueda dedicar el tiempo preciso a buscar un desmarque perfecto sin que nos hayan robado el balón rápidamente. Si es cierto que en momentos concretos, como contragolpes o ataques con espacios, es una técnica que da sus frutos, pero seguramente no con el resultado que se podría esperar de parte de Konami cuando ideó este sistema. La otra opción es usarlo de manera asistida, que no es más que añadir una función ya vista en los últimos FIFA: pulsar el stick derecho para que automáticamente, el atacante señalado se desmarque hacia la portería contraria. Esto sí es tremendamente útil (ya no es necesario usar la pared para obtener desmarques) pero menos ambicioso que lo que propone en modo totalmente manual.