Un FPS con el sello de Epic en la portada suele ser garantía de éxito, aunque el caso de Bulletstorm es bastante curioso. Detrás del desarrollo se encuentra un joven estudio polaco, People Can Fly, quien ha llevado el peso del proyecto, aunque contando con el apoyo de su matriz tanto para temas de diseño (con Cliffy B. a la cabeza como asesor y Tanya Jessen como productora) como también para ciertos aspectos técnicos. Lo que nos encontramos al final es un producto singular, con un planteamiento muy original, pero con una notable inversión de los típicos puntos fuertes del género: una campaña espectacular y sumamente divertida ensombrece un multijugador extremadamente limitado.
Los protagonistas de esta peculiar historia son dos antiguos soldados de élite de la confederación, son Grayson e Ishi, siendo este último mitad hombre, mitad máquina. En una misión descubren la falta de ética y escrúpulos de su líder, el general Sarrano, y ante tal revelación deciden huir y se convierten en mercenarios. Años después, estando en órbita de un planeta, Stygia, se topan con la gran nave de la Confederación, el Ulysses. Llevados por la ira recordando los horribles actos que tuvieron que cometer, engañados, emprenden un ataque suicida que les lleva a estrellarse en el planeta, el cual esconde extraños secretos y es el hogar para terribles criaturas. No caen solos, pues consiguen derribar su objetivo, con Sarrano a bordo. El objetivo es encontrar un medio de escapar de allí y parece ser que capturar la nave de rescate del general es el único medio.
La polémica sobre su violencia tiene parte de verdad y mucho de mito, como suele ocurrir en estos casos. Está claro que estamos ante un juego que nos invita a matar de las formas más originales posibles, pero no se recrea especialmente en el gore y la sangre no va salpicando la pantalla, siendo incluso algo comedido en ese aspecto, si lo comparamos con otros como Ninja Gaiden o el mismo Gears of War. Luego hay que tener en cuenta que nuestras víctimas no son seres humanos propiamente dichos, sino mutantes. Donde no se cortan un pelo, eso sí, es en el lenguaje utilizado, plagado de tacos. No obstante, estamos ante un juego para adultos y tales palabras o imágenes no deberían alarmar a nadie.
En realidad, la excusa para nuestro comportamiento durante la partida es un poco más elaborada que hacerlo por mero gusto por el asesinato de mutantes. Tras nuestro accidentado aterrizaje en el desesperado ataque al Ulysses, recogemos un artefacto de uno de los soldados de la Confederación, un látigo de luz. El mismo viene con una peculiar característica: evalúa la habilidad de su poseedor y la puntúa, de forma que cuando éste accede a una de las diseminadas cápsulas de suministros, tiene acceso sólo a los recursos que haya podido ganarse por su labor. Es un método cruel para descartar a los peores soldados, dejándolos abandonados son munición ni armas, así que más nos vale matar con estilo.
El argumento se presenta de un modo desenfadado, casi como si no debiéramos tomárnoslo en serio, pese al trasfondo trágico que tiene el pasado de sus personajes. Se da pie a situaciones absurdas y a que los comentarios sobre las mismas sean, por tanto, en plan jocoso. A eso se une el propio sistema de juego: matar de maneras únicas y exageradas sólo por el divertimento de hacerlo. Es una manera perfecta de entretenernos sin necesidad de envolver la campaña de un halo de profundidad y casi misticismo del que presumen otros títulos (¿alguien dijo Call of Duty?) y de ahí se entiende la campaña promocional con Duty Calls o el diorama “Última llamada” que parodiaba el que Microsoft realizó para Halo 3. En este sentido, recuerda mucho al primer Battlefield Bad Company y sus entrañables protagonistas.
El elenco de doblaje elegido por Electronic Arts hace un gran trabajo, permitiendo que las risas sean más intensas gracias a su excelente interpretación. Son continuos los chascarrillos, mofas y burlas entre los personajes o ante lo que les está ocurriendo, pues nada mejor que tomarse con humor que te esté atacando una manada de mutantes sangrientos. Destaca de entre todos ellos el general Sarrano, a quien da voz Luis Porcar, o el Doctor House para más señas. Si bien en la versión original suena quizá más agresivo, en la española se le da el tono irónico que todos conocemos de la serie y que a más de uno os hará esbozar una sonrisa, en especial cuando no deja de insultarnos en el modo cooperativo. Es un toque especial que quizá no todo el mundo sepa apreciar, pero que demuestra los estándares de calidad en la localización de este juego.
Este par de renegados no tardan en encontrarse con Trishka, la actual líder del escuadrón Final Echo, sucesor de Dead Echo, el que formaban Grayson y sus compañeros. Siendo su objetivo el mismo, salir con vida de allí, aunque son enemigos declarados, deciden hacer equipo. Sin embargo, por mucho que no nos dejen solos en ningún momento, Gray es el único personaje al que controlamos. Más aún, no podemos esperar que nos echen un cable, ya que como mucho consiguen distraer al enemigo. Somos nosotros los que hemos de encargarnos de liquidarlos y la función de estos aliados es meramente decorativa, dando riqueza a los diálogos en las cinemáticas, pero no proporcionándonos cobertura real en el combate.
Como bien sabéis a estas alturas, Bulletstorm se distingue de otros FPS por su planteamiento. Nos traslada a escenarios llenos de elementos con los que interactuar, y nos arma con un arsenal de lo más variopinto, para que acabemos con los enemigos de formas únicas y no a base de llenarles el pecho de plomo. Cuanto más original y difícil de conseguir sea la muerte, más puntos obtenemos. Es, por tanto, un juego muy distinto de lo que estamos acostumbrados, ya que la dificultad no radica en el número de enemigos o sus habilidades, sino en que seamos capaces de estudiar la situación y llevar a cabo un ataque que nos proporcione una alta puntuación.
De hecho, morir es algo bastante complicado si nos dedicamos a ser efectivos y rápidos en las ejecuciones, y sólo habrá un puñado de situaciones concretas donde realmente lo pasemos mal. Ahora bien, si queremos disfrutar de verdad de la campaña y lo que Epic y People Can Fly han diseñado para ella, hemos de ir un paso más allá y es aquí donde caeremos más de una vez por estar concentrados en lograr la acometida perfecta. No tardaremos mucho en darnos cuenta de esto, que eso de andar cubriéndose y disparando a la cabeza sin más no tiene futuro, y estamos convencidos de que todo el mundo disfrutará de la propuesta.
Lo primero que tendremos que tener en cuenta a la hora de planificar nuestra estrategia será el entorno. Si vemos pinchos, unos cables sueltos o un precipicio, la opción más sencilla para conseguir bastantes puntos es lanzar a los enemigos hacia ellos. La patada y el látigo son entonces nuestros mejores aliados, incluso haciendo uso del primero para atraer hacia la futura víctima hacia nosotros y pateándola hacia su fatal destino según se acerca. También podemos fijarnos en otros elementos, como objetos explosivos, disparándolos para alcanzar con su onda expansiva a un gran número de mutantes o, alternativamente, lanzándoselos de un “chut” directo.
El látigo tiene múltiples usos, más allá de atraer a un enemigo, algo que ni siquiera podremos hacer con todos. Esta función no será efectiva si son demasiado pesados o rápidos, salvo que estén debilitados. Tendrá una aplicación especial sobre ciertos mutantes, como pueden ser aquellos que nos atacan desde un helicóptero, a los que podemos arrancar de la cabina y, de paso, rematar antes de la caída, lo que nos reportará unos jugosos puntos. Otros irán bien armados y protegidos, con lo que primero deberemos hacerles el mayor daño posible con las armas que llevemos, de manera que llegue un momento en el que se paren a recuperarse, el cual aprovecharemos para arrancarles su casco con el látigo y así tener poder acabar con ellos. Más adelante desbloquearemos la función de carga, que realiza un fuerte impacto contra el suelo elevando por los aires a la mayoría de enemigos y dejándolos suspendidos por unos segundos, momento que podemos aprovechar para ejecutarlos. Obviamente, si el techo está bajo, imaginad las consecuencias...
Algunas partes del cuerpo son más sensibles y eso es también tenido en cuenta. Como podréis imaginar, un disparo en las partes nobles o en el trasero tiene en muchos casos puntuación adicional. Es digno de mención el que acabar con un mutante que se está lamentando de un balazo en sus bajos nos es recompensado, por liberarlo de tal suplicio. Así funciona este juego, para que os hagáis una idea. De hecho, han cuidado hasta el tema de los coleccionables típicos de encontrar un determinado número de objetos a lo largo del juego. Tendrán recompensas más allá de la satisfacción de haberlos encontrados desperdigados por ahí. Por un lado, están las botellas de alcohol, que harán que nuestra vista sea borrosa y nuestros movimientos torpes por un tiempo determinado, en el cual conseguir matar tiene un bonus de puntuación. Por otro, están los bots de noticias, residuos de lo que otrora fue una gran ciudad y que ahora deambulan sin rumbo fijo. Hemos de destruirlos, pero mejor aún si los usamos lanzándolos contra nuestros adversarios mientras nos divertimos con sus absurdos comentarios. Por cierto, los carritos de perritos también son un buen proyectil.
La parte más complicada llega a la hora de combinar diferentes ataques. Algunos son muy obvios y los descubriremos en seguida, pero otros podrían pasarnos desapercibidos, así que para guiarnos tendremos un listado completo de combos a nuestro alcance en todo momento. Echar un vistazo a esta lista será imprescindible si de verdad queremos disfrutar de la experiencia al completo, pues si estamos faltos de imaginación terminaremos haciendo lo mismo todo el rato y resultará mucho más tedioso. La misma se irá ampliando conforme avancemos en la campaña y vayamos desbloqueando nuevas armas, usos secundarios para éstas u objetos con los que interactuar.
Hablando de armas, en eso Bulletstorm va bien surtido no tanto en cantidad como en variedad. Son muy dispares entre sí debido al tipo de proyectil que dispara cada una. Así, tendremos desde una metralleta típica a un lanzador de cadenas explosivas, pasando por un cañón de bolas-bomba o un rifle francotirador que, al ser disparado, nos pone en el control de la bala en primera persona, de forma que podemos afinar la puntería en tiempo real según nos acerquemos a la potencial víctima (hemos oído algo de que introducir una bala por donde acaba la espalda será tenido en cuenta...) o incluso cambiar de objetivo en el último momento. Todas las armas tienen un uso secundario que se suele conseguir poco después de encontrarlas y que tiene un poder desvastador mucho mayor (a costa de un gasto de munición de otro tipo, bastante más cara).
El arsenal lo iremos completando según progresemos en nuestra aventura, aunque tendremos que gastar puntos tanto para adquirir acceso a ellas a posteriori (la primera vez la recogeremos tirada por ahí o de manos de un enemigo muerto) como para desbloquear su función secundaria. A este fin se han dispuesto unas cápsulas por todo el escenario, generalmente colocadas en zonas de transición, que servirán para repostar y coger fuerzas para el siguiente asalto. En ellas se nos permitirá elegir entre las armas que ya hemos conseguido, pudiendo llevar dos con nosotros aparte de la metralleta, que siempre nos acompaña. Las cajas de munición gratuitas serán un bien escaso, de forma que será en estos lugares donde llenaremos los cargadores, generalmente más de las cargas que de los disparos normales.
Aparte de armas, también iremos descubriendo razas nuevas de mutantes, con otras características y armas a su alcance (¡cuidado con los kamikazes cargados de bombas!) que nos proporcionarán tanto desafíos nuevos como añadirán estilos de asesinato al repertorio, especialmente pensados para cada uno. Será una manera de evitar la monotonía de ir avanzando y encontrándonos con montones de enemigos. Por supuesto, no faltarán jefes finales, aunque probablemente sólo una planta gigantesca pueda ser llamada así con propiedad. El resto serán más bien situaciones con una mecánica distinta a la habitual, como cuando nos perseguirá una rueda gigante con riesgo de aplastamiento o cuando tengamos que esquivar a una especie de enorme dinosaurio en un antiguo parque de atracciones.
Como facilitador máximo de nuestra labor y a la par una forma de dar más espectacularidad a la jugabilidad se ha integrado un sistema de ralentización del tiempo, más conocido como el tiempo-bala de toda la vida. De este modo, cuando realicemos acciones como acercarnos a un enemigo hacia nosotros con el látigo o controlar la bala del rifle francotirador en las cercanías de un enemigo, el juego se pondrá en cámara lenta y tendremos unos segundos extra para pensar qué hacer. Esto, curiosamente, ha sido uno de los motivos por los que se ha comentado que el cooperativo no era viable, pero el multijugador demuestra que, de un modo u otro, se podría haber conseguido, con el añadido de los combos conjuntos en la campaña.
Lo normal hoy en día en los juegos de acción tanto en primera como en tercera persona es que la campaña sirva de aperitivo para lo que está por venir en el multijugador. Así ocurre con los Call of Duty, los Gears of War, los Battlefield, los Killzone, etc., donde al final sacamos más provecho de las partidas en línea que del modo individual. Con Bulletstorm pasa justo lo contrario, una vez nos hemos pasado su excepcional campaña, nos encontramos con que hay más bien poco por hacer, algo como lo que padeció Vanquish. Una de las opciones claras es volver a jugarlo para aumentar nuestra puntuación, algo que favorece el modo Echo en el que se han ajustado levemente ciertas secciones de la campaña, cambiando el armamento disponible (menos limitado) o la eliminación de las cinemáticas, de forma que podemos centrarnos en nuestro objetivo. Esto es algo que ya pudieron experimentar muchos jugadores en la demo y se ha visto que puede tener tirón un cierto tiempo, con la gente subiendo sus hazaña a YouTube a ver quién es el que consigue sacar mayor provecho de las situaciones planteadas.
En cuanto al multijugador, podemos decir que es prescindible. No nos entendáis mal, es de lo más entretenido, pues se trata de un modo cooperativo con hordas viniendo continuamente, a las que hemos de liquidar en equipo para maximizar la puntuación (los combos hechos por más de un jugador cuentan más). Lo malo es que está estructurado en niveles, debiendo conseguir una puntuación mínima en cada uno para pasar al siguiente. A nosotros, la primera partida nos duró menos de una tarde antes de llegar al final, el nivel 20, y básicamente porque al principio cuesta coordinarse. Una vez le coges el truco, pierde gran parte de la gracia, sobre todo porque no resulta atractivo jugar los mismos niveles repetidas veces. Hay, eso sí, escenarios diferentes, que cambian un poco las cosas (son 20 niveles multiplicados por el número de escenarios) y aportan cierta variedad.
Técnicamente estamos ante un título que cumple, sin florituras. Se nota que no es Epic realmente quien lo ha desarrollado, ya que no logra sacar el máximo partido del Unreal Engine. Puestos a comparar, la versión que sale ganando es la de PC, por motivos obvios como la mayor resolución y que incluso soporta 3D, aunque no aporte demasiado. Entre consolas, una vez más Xbox 360 queda un poco por encima de PlayStation 3, que parece el patito feo para los estudios de videojuegos que centran sus mayores esfuerzos en la máquina de Microsoft. Los dientes de sierra que se muestran en la plataforma de Sony están más disimulados en su competidora, que logra una mayor suavidad en la imagen. Por lo demás, lo cierto es que tampoco hay grandes diferencias entre las tres y cualquier opción será válida para disfrutar de Bulletstorm.
Conclusiones
Bulletstorm nos propone un sistema de juego sumamente original que se aleja del esquema más serio de los FPS de los últimos tiempos. Toma la esencia de clásicos como Duke Nukem y la eleva a la máxima potencia con un sistema de puntuación que nos invita a ser extremadamente sádicos con los pobres mutantes que sufren nuestros ataques. La variedad del armamento y el diseño de los escenarios, nos dan todo lo necesario para ejecutar de sangrientas y divertidas formas. Además, se han dosificado y equilibrado de manera que vamos descubriendo poco a poco las diferentes y sangrientas técnicas de matanza que podemos llevar a cabo, evitando que el juego resulte repetitivo a los pocos minutos. A romper la monotonía ayudan enormemente la historia, los diálogos y los personajes. En lugar de enfocar el argumento desde un punto de vista épico, como si sus protagonistas fueran héroes sin igual, lo que nos encontramos son a unos pobres desgraciados que se enfrentan a cosas mucho más grandes de lo que son capaces de comprender pero, al menos, se lo saben tomar con humor.
Estamos ante un producto único en su especie que difícilmente podéis dejar pasar. Hay que destacar que alguien se atreva a hacer algo así en los tiempos que corren, arriesgando con un planteamiento tan distinto y lleno de imaginación. Es una pena que el multijugador no acompañe, ya que si bien era muy complicado hacer un sistema competitivo, el modo Anarquía se antoja muy escaso de contenido. A causa de esto, todo el peso recae sobre la campaña, que si bien es excelente, quizá peca de repetitiva hacia el final. Un modo cooperativo para la misma habría sido perfecto y teniendo en cuenta que nunca vamos solos, habría encajado a la perfección. Por suerte, la rejugabilidad es un factor a tener en cuenta gracias al modo Echo y que, como ha demostrado la demo, puede ser un estímulo para aquellos que buscan mejorar continuamente su puntuación. El problema es que apunta a que mucha gente no llegue a interesarse por eso, aunque habrá que verlo
Lo mejor
*Una original mecánica da pie a una magnífica campaña.
*No es más de lo mismo en el género, lo que es destacable por sí solo.
*Excelente enfoque de la historia, con un tono humorístico.
*Variedad de armas y posibles usos para las mismas: la lista de combos es enorme.
*Los que busquen un reto en el que superar su puntuación requiera horas y horas de juego y práctica, aquí tienen un candidado.
Lo peor
*Es sorprendente la ausencia de un modo cooperativo.
*El multijugador, sin opción competitiva alguna, se antoja corto y escasamente rejugable.